El director estadounidense bromeó en Cannes con ser un chupasangre; no disimula su rechazo a Donald Trump
Cannes.— Jim Jarmusch tiene una libreta verde en la que apunta respuestas y datos que pueden ser interesantes cuando da una entrevista.
En una página se pueden ver frases en tres colores de tinta diferentes: negro, azul y verde, dependiendo del propósito de lo que haya escrito. Si se trata de ideas para futuros guiones, usa una libreta azul que guarda en la bolsa interior de su saco negro.
Sentado en la terraza del Hotel Residéal en Cannes, Jarmusch cuenta que aún escribe sus guiones a mano como siempre lo ha hecho, que no tiene redes sociales y que casi no usa el e-mail pero que cuando lo hace, lo que más usa son los emoticones.
Es simpático, bromea constantemente y repite cómo encontró la paz interior haciendo Tai-Chi y siendo semibudista, “porque no tengo la disciplina para serlo de lleno”.
Cuenta que un tiempo sufrió una depresión y volver a encontrar el contacto con el presente lo volvió a la vida.
Sus amigos, Adam Driver, Steve Buscemi, Tilda Swinton lo quieren, pues según asegura: “cobraron poquísimo por hacer esta película. Decíamos de broma que les pagábamos con avena. Pero eso es algo que me conmovió profundamente porque todos los que fueron parte del proyecto fue porque realmente querían ser parte de él, somos una tribu”.
Su amor por Swinton es evidente, pues nada más sentarnos lo primero que dice al preguntarle por la estrella es: “Oh Dios, Tilda debería ser la líder de este planeta y yo haría cualquier cosa que ella dijera. Todos seríamos muy felices, empáticos con los demás y tendríamos un mundo mejor. Necesitamos a Tilda Swinton para mejorar la Tierra”, expresa entre risas.
Su nueva película, Los muertos no mueren es una comedia de terror en donde hay zombis muy peculiares inspirados por los de George Romero, el único director de este género al que Jarmusch admira.
Para Jim, los zombis son aburridos y sólo hacen lo que se les pide.
“Lo único bueno que tienen es que no piensan entonces, por ejemplo, les dices, ve y acaba con Donald Trump y van y lo hacen”, dice entre risas.
“Sin embargo, los de Romero son zombis que vienen de la sociedad y que son víctimas y problema a la vez. Son más complejos. Eso es lo que intenté hacer en la película. Pero a mí lo que me gusta son los vampiros porque son más sofisticados, cultos, sexualmente atractivos y tienen que ser muy inteligentes para hacer todo lo que se requiere para sobrevivir. Pregúntamelo a mí que soy uno de ellos”, apunta entre risas mientras hace el amago de dar una mordida.
Hablando de Selena Gomez comenta que para él los jóvenes son fundamentales.
“Me importan los adolescentes como guías culturales porque en muchos sentidos nos dan guías”.