La presentación de la cinta codirigida por Laura Santullo y Rodrigo Plá cerró con broche de oro la participación del cine mexicano en la muestra de la ciudad de los canales
La Sala Dársena del Lido veneciano fue el escenario en el que los directores uruguayos afincados en México hace más de cuarenta años, Laura Santullo y Rodrigo Plá, recibieron el aplauso sincero de los asistentes que se emocionaron al llegar los créditos finales de «El otro Tom».
La cinta que compite en la sección Horizontes de la Muestra italiana explora la relación de una madre soltera con su hijo que es diagnosticado con trastorno de déficit de atención y todo lo que esto conlleva. Un filme que es producto de muchos años de investigación acerca del tema, según contaron los realizadores a El Universal desde la Terraza Campari, “el primer borrador de guion lo hicimos en el 2012 y desde ese entonces ya teníamos la intención de abordar estas situaciones”, recordaron.
Fue un guion que se transformó mucho sobre la marcha y que adaptaron del español al inglés cuando encontraron a su protagonista, un niño no actor, en El Paso, Texas, que no hablaba bien el castellano. Filmar en la frontera le trajo otra capa de significado a la película, pues según comentaron ambos, “la investigación terminó siendo una inmersión profunda en un mundo muy particular, en esta comunidad con identidad propia, esta gente que vive en el borde, en los límites. Que es americana, pero no del todo. Y que no pertenecen a ningún lugar. No son mexicanos, ni estadounidenses. Y creíamos que eso enriquecía la película”, explicaron los realizadores que dijeron sentirse identificados con ese sentimiento pues ambos llegaron de niños a México desde Uruguay, “y yo me siento parte de esa frontera. Siempre digo que soy de la frontera entre México y Uruguay, que no existe físicamente, pero para mí sí”, bromeó Rodrigo.
El tema tiene muchas aristas y después de recabar tantos datos vino otro proceso: el de darle forma y encuadre, “queríamos centrarnos en una familia, no en dar una declaración de principios sobre lo que nosotros pensamos sobre esto sino que nos interesaba inventar una historia de lo que podría pasarle a las personas que están en situaciones así con lo cual una decisión grande fue que el centro de la película se apoyara en el vínculo entre la madre y el hijo. También está el tema del trastorno en sí mismo y el de la presencia tan fuerte del Estado, pero lo más importante del filme es cómo los vínculos se desenvuelven en la vida y cómo las relaciones humanas cambian, pues como padres e hijos, todo el tiempo estamos transformando nuestras relaciones a lo largo de la vida”, explicaron Laura y Rodrigo quienes con esta cinta compiten por tercera vez en Venecia pues ya antes estuvieron en la Mostra con «La Zona» (2007) y con «Un monstruo de mil cabezas» (2015).
Para ellos, que «El otro Tom» empiece aquí su recorrido antes de ir a otros festivales como Toronto o Morelia es muy importante, “incluso la emoción se ve ampliada por el contexto del que venimos: después de año y medio de pandemia, de encierro, de muchas dificultades para terminar la película… Esto se alargó mucho y uno empieza a quedarse enclaustrado consigo mismo y que de pronto Venecia nos escogiera, además en un año en el que había montones de películas porque se habían acumulado, la verdad es que es un regalo enorme. Tener un lugar aquí, un espacio para presentar la cinta y para que escuchen lo que hacemos nos llena de orgullo y alegría”, dijo Plá emocionado a lo que Laura complementó, “Nos trajo pura vida. Venimos con todo e hijos. Es el primer viaje que hacemos en familia y se vive como un alivio”.