Gael García feliz de ser un actor mestizo que interpreta a un conquistador. 


Cannes, 19 de mayo de 2025. Gael está en el Festival galo celebrando por partida doble. Por un lado, presentó con éxito la cinta en la que interpreta al explorador y conquistador Fernando Magallanes en donde no sólo borda el portugués sino también la emoción naturalista que el realizador buscaba imprimir en la mítica figura portuguesa. Por otra parte, el actor está en la Riviera francesa para celebrar el 25 aniversario del filme Amores perros que marcó para él y todos los creadores, incluyendo a Alejandro G. Iñárritu, un antes y un después en sus carreras. 

Para la estrella mexicana el que proyectos experimentales y arriesgados como el de Díaz lleguen a sus manos no es casualidad. Hace muchos años que estableció como prioridad el embarcarse sólo en los trabajos que le aporten algo. Acerca de si interpretar a una figura histórica con tanto peso le resultó intimidante, afirmó a El Universal desde la terraza del Palacio del Festival, “creo que la edad ayuda mucho. Te hace pensar, ‘ok, esto es algo que hay que tejer poco a poco, vamos a trabajar en ello y a dejar que el proceso fluya. Si lo comparo, por ejemplo, a cuando interpreté al ‘Che’ Guevara (Diarios de motocicleta, Walter Salles, 2004), no hay comparación. En ese entonces era muy joven y sí me sentí muy abrumado. No lo puedo ni explicar”, compartió el también director que sabe de lo que habla detrás y frente de la cámara. Para Gael, tener la oportunidad de adentrarse en el mito de Magallanes fue una oportunidad única, “todo me inspiró a seguir adelante.

Hay tanto de estas figuras históricas que no sabemos, por ejemplo, toda la parte de su matrimonio con Beatriz Barbosa, que a su vez era la hija de uno de sus mejores amigos y principal patrocinador de sus expediciones. Hay muchas historias y vida que no conocemos y eso me parece fascinante”, ahondó el histrión al que Lav Díaz conoció precisamente en una edición del Festival de Cannes. “Gael viene de un mundo fílmico completamente diferente al mío y eso atrae unos reflectores y audiencia hacia mi trabajo con lo cual, ¡yo sí que estaba intimidado con él al principio! Él es una gran estrella hollywoodense y yo vengo de una forma muy marxista de hacer cine, de la clase obrera cinematográfica. Estaba solo, con dos o tres personas para filmar, pero mis películas empezaron a ganar notoriedad en los festivales y eso es lo que me abrió las puertas”, compartió el realizador con el que Bernal disfrutó rodar. 

“¿Sabes? No puedo enfatizar lo suficiente el hecho de lo mucho que me alegró que llamaran a un mestizo para hacer este proyecto. Me encanta haber hecho una película sobre la llegada de los primeros europeos que iniciaron la colonización. Venimos de esos exploradores, conquistadores o como queramos llamarlos”, apuntó. Otra de las cosas que fueron motivantes para el mexicano fue el poder rodar en portugués, “era algo que me interesaba mucho. Y, además, lo hice en un portugués de la época que era muy similar al español que se hablaba en ese tiempo en México también. Fue muy placentero”, aseguró. Lector empedernido, no pudieron faltar los libros que lo acompañaron durante el viaje, “nunca había leído algo tan detallado sobre Magallanes. Pero cuando Lav me llamó lo primero que hice fue leer la biografía de Stefan Zweig que es una semblanza muy romántica, muy hermosa y muy idealizada acerca de él. Con un alto nivel literario porque Zweig es un escritor brillante. También leímos muchos relatos recientes, libros escritos por historiadores y académicos sobre lo que pasó. Y lo que encontré en esas narraciones fueron documentos increíbles. Como que podemos saber exactamente la composición de los barcos porque todo está documentado al detalle. También está el testamento que Magallanes hizo antes de emprender sus viajes, entre otras cosas. Es increíble”, expresó.

“Antes de que existiera la idea de mostrar la película aquí en Cannes por el aniversario mis hijos vieron la película por primera vez”, recordó Gael al preguntarle por su experiencia al estar en Cannes justo 25 años después de que se gestara el fenómeno de Amores perros. “La vieron porque los niños de la escuela en dónde estudian empezaron a recomendarla y se sorprendieron de que ahí estuviera su papá”, compartió entre risas. Lo interesante es que, de repente, Amores perros es un testimonio de cómo la principal intención al hacer películas es dejar algo que, al final, tenga una vida más grande que la nuestra, ¿no? Algo que sea más grande que nosotros mismos, que tenga vida propia. De la misma manera que La naranja mecánica (Stanley Kubrick) es una película que tienes que ver en tu camino a la edad adulta ahora, especialmente para los niños latinoamericanos -para los mexicanos definitivamente-, es imprescindible. Por eso todo lo que te pueda decir se queda corto en mi fascinación y en la emoción de conocer y ver esto”, compartió con este periódico la estrella que no ha vuelto a ver el filme desde hace, “unos 24 años, por lo menos. Así que va a ser muy interesante redescubrirlo rodeado de muchas personas que ni siquiera habían nacido cuando se estrenó o que la tuvieron que ver ya en DVD”, afirmó el actor que rodó la opera prima de Iñárritu con tan solo 19 años. 

Respecto a los proyectos futuros, uno muy interesante que se rumoraba haría con Jonás Cuarón se quedó en el congelador por el momento, según contó. Era una serie de televisión que trataría sobre la historia de un inmigrante indocumentado -interpretado por él- que sufre la deportación por el ICE de su mujer y que se embarca en un intento desesperado por recuperarla. Al respecto, explicó, “hicimos el piloto, pero no nos lo aprobaron. Es una pena, pero por el momento no se hará. Ojalá algún día salga”, finalizó.